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FELICIDAD: Protagonizando nuestro propio bienestar

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El país más feliz del mundo

Décadas de investigación han demostrado que la felicidad no es solo un asunto personal, sino que también de salud pública, bienestar nacional y economía global. El 2016 el World Happiness Report volvió a ubicar a Dinamarca como el país más feliz del mundo, de acuerdo a la felicidad y bienestar percibida por sus ciudadanos. El reporte plantea que las personas que viven en países más felices tienen una esperanza de vida más larga, más apoyo social, más libertad para tomar decisiones en la vida, percepciones más bajas de corrupción, experimentan más generosidad y tienen un producto interno bruto más alto per cápita. Dinamarca ofrece a sus habitantes acceso gratuito y de calidad a salud y educación, cuenta con una política más estable, centrada en los consensos y con menos corrupción, ha generado en las últimas décadas un compromiso activo por el cuidado del medioambiente y las energías renovables, y cuenta con la mayor igualdad de género en el mundo en los puestos de trabajos. Es, sin duda, un ejemplo muy inspirador para todos quienes nos preguntamos y comprometemos en cómo construir un mejor lugar para vivir para todos nosotros.

La felicidad en el trabajo

En el mundo laboral, las investigaciones también demuestran que las personas más felices son más sanas y se enferman menos, tienen relaciones más plenas y son más productivas en el trabajo. Estudios realizados en Chile, destacan como características de las personas más felices el tener una buena salud emocional y estar satisfechos con su trabajo y su tiempo libre. Investigaciones internacionales han demostrado que las personas felices toman un 90% menos de licencias médicas que sus compañeros menos felices, están 6 veces más energizados, tienden a estar el doble de tiempo de permanencia en sus organizaciones y son un 100% más productivos.

La felicidad desde la perspectiva de la emoción

Desde la psicología positiva se ha concluido que las organizaciones positivas y más felices son aquellas que aprenden, son más saludables y resilientes. Barbara Fredrickson, en su Modelo de Ampliación y Construcción de Emociones Positivas (Broaden and Build Theory of Positive Emotions) plantea que las emociones positivas juegan un papel fundamental en nuestra sobrevivencia. Sugiere que cuando las personas experimentan emociones positivas, como el amor, la alegría y la gratitud sus mentes se amplían y se abren a nuevas posibilidades e ideas, y que, con el tiempo, estas acciones pueden acumularse y ayudan a construir conocimiento, relaciones sociales, y salud física. Esta teoría también sugiere que las emociones negativas cumplen exactamente la función inversa a las positivas: cuando las personas se sienten amenazadas con emociones como ansiedad, miedo, frustración o rabia, la mente se contrae y se enfoca en la amenaza (real o imaginaria), limitando la habilidad de la persona de abrirse a nuevas ideas, construir recursos y relaciones interpersonales. Fredrickson ilustra esto en la imagen de un lirio de agua: al igual que estos se retraen cuando la luz del sol desaparece, también lo hacen nuestras mentes cuando la positividad se desvanece.

La felicidad, también un estímulo externo

Desde la psicología social es interesante analizar el efecto de priming (impresión que te prepara para), cuya idea básica es que la activación de ciertos conceptos en las personas puede afectar su posterior procesamiento de otra información o a su conducta, a veces, sin que se sea conscientes de esa influencia. En uno de sus experimentos, John Bargh y sus colaboradores pidieron a sus participantes que elaboraran frases utilizando diversos listados de palabras, lo que les permitiría comprobar si utilizar unas u otras palabras tendría algún efecto sobre la conducta posterior de los participantes. Si para el ejercicio el listado de palabras incluía conceptos como “viejo”, “lento” o “gris”, los participantes salían más despacio del laboratorio una vez terminado el experimento. Es decir, activar conceptos relacionados con la tercera edad hacía que el comportamiento de los participantes fuera inconscientemente influenciado y se pareciera al de las personas de la tercera edad. Básicamente lo que Bargh nos está demostrando es que las personas estamos constantemente modificando nuestro comportamiento en función de los estímulos externos sin necesariamente, tener conciencia ni voluntad respecto al cambio de nuestro comportamiento. Un enfoque ampliamente utilizado en publicidad, hoy nos invita a preguntarnos: Si una meta consciente común para muchos seres humanos es la felicidad, ¿Cuántos de los estímulos alrededor nuestro nos llevan a esa dirección? ¿Cómo podemos alimentar a los demás con estímulos inconscientes para direccionarlos hacia estados de felicidad?

 

DECIDIENDO SER FELICES: Protagonizando nuestro propio florecimiento

En 20 años trabajando con personas y organizaciones, y a través de mi propia vivencia, he aprendido que la felicidad y el bienestar están más cerca de lo que creemos y se asoman día a día en nuestras vidas a pesar de la adversidad, las preocupaciones y la estresante vida laboral.

Decidir ser feliz y construir ambientes laborales saludables puede generar un gran cambio de paradigmas y desafiar nuestras creencias respecto de qué es posible para nosotros o los demás. Te has preguntado alguna vez ¿qué es la felicidad para ti?, ¿qué entiende tu equipo de trabajo por un ambiente laboral positivo y saludable?, ¿qué paradigmas tendrías que derribar para abrirte a una vida personal y laboral más plena? Intenta ir chequeando si tus creencias sobre ti mismo, los demás, y tu trabajo te acercan realmente a la realidad que quieres y mereces tener.

Las investigaciones indican que es posible alcanzar la felicidad a través de la práctica. Sonja Lyubomirsky, de la University of California, señala en su libro The How of Happiness que el 50% de las diferencias entre el nivel de felicidad de las personas se explica genéticamente. El otro 10% está vinculado a las circunstancias del momento ( y pueden cambiar con rapidez) y el 40% restante está determinado por actividades intencionales. Es un porcentaje enorme que nos invita a ser protagonistas en el propio florecimiento y de las organizaciones, en donde pasamos gran tiempo de nuestra vida trabajando.

Finalmente, te invito a continuación a incorporar algunas de estas prácticas al presente y a tomar el protagonismo de la vida que quieres tener y que te hace feliz.

 

  1. LO MEJOR DE ESTE DÍA. Cuando no nos sentimos felices, tendemos a enfocarnos en lo que nos falta o en lo que no funciona. Sin embargo, este camino no necesariamente nos acerca a una vida más plena. Una manera simple de comenzar a cultivar la felicidad es reconocer lo positivo en nuestras vidas, por lo que quiero invitarte a que por una semana registres LO MEJOR DE CADA DÍA, cuando termines tu jornada. Puede ser la sonrisa de una persona, el sabor de alguna comida, una caminata, un trabajo bien realizado, un aprendizaje, una conversación con un compañero de trabajo. Intenta reflexionar por qué eso fue positivo y que emociones generó en ti. Tomate unos 5 a 10 minutos e intenta dejar registro de tus hallazgos. Estudios han demostrado que las personas que realizan esta práctica diariamente se sienten más felices y menos deprimidos que cuando empezaron, manteniendo incluso dicha sensación en los meses posteriores.
  2. LO QUE MÁS DISFRUTAS: Otra forma de llamar a la felicidad a nuestras vidas es conectándonos con nuestras fuentes de satisfacción, y siendo activos y protagonistas en traerlas a nuestras vidas. Por ejemplo, puedes realizar actividades que disfrutas haciendo tú solo/a, como leer o meditar, o bien algo que te guste hacer en compañía de otras personas, como ver una película, o tomar un café, o realizar actividades aportando en el bienestar de otros, como llamar o visitar a un amigo o familiar que esté pasando por un mal momento. Incluso personas que están pasando por un mal momento en sus vidas han reportado mayor optimismo y menos desesperanza al incorporar estas prácticas. Si disfrutas el conectarte con los demás, te alegrará saber que los investigadores han encontrado que ser amable y generoso, dando por el solo placer de dar, nos hace más felices.
  3. SENTIDO Y PROPÓSITO: Conéctate con el mejor futuro que puedes crear destinando 10 a 15 minutos al inicio de tu día a escribir o crear tu mejor futuro posible en donde todo sale tan bien como se puede, tanto en tu vida personal como profesional. Este ejercicio te permitirá reconectarte con tus objetivos y prioridades, así como tomar consciencia de tu protagonismo en la construcción de dónde y cómo quieres estar. El amor por lo que se hace, el significado de nuestro trabajo y la motivación personal tienen un impacto positivo en nuestro bienestar.
  4. PRÁCTICANDO MIS FORTALEZAS: Del mismo modo en que tendemos a enfocarnos en aquello que no funciona en nuestras vidas, cuando nos miramos a nosotros mismos caemos en la tentación de ver nuestras debilidades, en vez de mirar nuestras fortalezas y atributos positivos. En este ejercicio, te invito a destinar unos 5 a 10 minutos diarios para que selecciones una fortaleza o atributo personal positivo y planees usarlo durante esa jornada de una manera diferente o en otro contexto. Cuando termines la semana revisa cómo esta práctica te hizo sentir y qué aprendiste de ti en esa experiencia.  Las investigaciones demuestran también que las personas que usan sus fortalezas se sienten más felices y seguros de ellos mismos, están menos estresados, son más resilientes, y se sienten más comprometidos con su desarrollo personal. Carol Dweck, doctora en Psicología de la Universidad de Stanford, señala que las personas con Growth Mindset (Mentalidad de Crecimiento), a diferencia de las que poseen una Fixed Mindset (Mentalidad Fija), se ven a sí mismas como un trabajo en progreso y creen que pueden nutrir sus habilidades a través de dedicación y trabajo. Su amor por este aprendizaje los hace más resilientes y exitosos. Las personas conectadas con el desarrollo de su potencial están también más dispuestos a abordar nuevas metas y desafíos.

 

Alejandra Wright

Directora Ejecutiva

alejandra@wright.cl

www.wright.cl

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