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Prácticas para la Felicidad

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En 20 años trabajando con personas y organizaciones, y a través de mi propia vivencia, he aprendido que la felicidad y el bienestar están más cerca de lo que creemos y se asoman día a día en nuestras vidas a pesar de la adversidad, las preocupaciones y la estresante vida laboral.

Decidir ser feliz y construir ambientes laborales saludables puede generar un gran cambio de paradigmas y desafiar nuestras creencias respecto de qué es posible para nosotros o los demás. Te has preguntado alguna vez ¿qué es la felicidad para ti?, ¿qué entiende tu equipo de trabajo por un ambiente laboral positivo y saludable?, ¿qué paradigmas tendrías que derribar para abrirte a una vida personal y laboral más plena? Intenta ir chequeando si tus creencias sobre ti mismo, los demás, y tu trabajo te acercan realmente a la realidad que quieres y mereces tener.

Las investigaciones indican que es posible alcanzar la felicidad a través de la práctica. Sonja Lyubomirsky, de la University of California, señala en su libro The How of Happiness que el 50% de las diferencias entre el nivel de felicidad de las personas se explica genéticamente. El otro 10% está vinculado a las circunstancias del momento ( y pueden cambiar con rapidez) y el 40% restante está determinado por actividades intencionales. Es un porcentaje enorme que nos invita a ser protagonistas en el propio florecimiento y de las organizaciones, en donde pasamos gran tiempo de nuestra vida trabajando.

Te invito a continuación a incorporar algunas de estas prácticas al presente y a tomar el protagonismo de la vida que quieres tener y que te acerca aun mayor bienestar personal y laboral:

  1. LO MEJOR DE ESTE DÍA: Cuando no nos sentimos felices, tendemos a enfocarnos en lo que nos falta o en lo que no funciona. Sin embargo, este camino no necesariamente nos acerca a una vida más plena. Una manera simple de comenzar a cultivar la felicidad es reconocer lo positivo en nuestras vidas, por lo que quiero invitarte a que por una semana registres LO MEJOR DE CADA DÍA, cuando termines tu jornada. Puede ser la sonrisa de una persona, el sabor de alguna comida, una caminata, un trabajo bien realizado, un aprendizaje, una conversación con un compañero de trabajo. Intenta reflexionar por qué eso fue positivo y que emociones generó en ti. Tomate unos 5 a 10 minutos e intenta dejar registro de tus hallazgos. Estudios han demostrado que las personas que realizan esta práctica diariamente se sienten más felices y menos deprimidos que cuando empezaron, manteniendo incluso dicha sensación en los meses posteriores.
  2. LO QUE MÁS DISFRURAS: Otra forma de llamar a la felicidad a nuestras vidas es conectándonos con nuestras fuentes de satisfacción, y siendo activos y protagonistas en traerlas a nuestras vidas. Por ejemplo, puedes realizar actividades que disfrutas haciendo tú solo/a, como leer o meditar, o bien algo que te guste hacer en compañía de otras personas, como ver una película, o tomar un café, o realizar actividades aportando en el bienestar de otros, como llamar o visitar a un amigo o familiar que esté pasando por un mal momento. Incluso personas que están pasando por un mal momento en sus vidas han reportado mayor optimismo y menos desesperanza al incorporar estas prácticas. Si disfrutas el conectarte con los demás, te alegrará saber que los investigadores han encontrado que ser amable y generoso, dando por el solo placer de dar, nos hace más felices.
  3.  SENTIDO Y PROPÓSITO: Conéctate con el mejor futuro que puedes crear destinando 10 a 15 minutos al inicio de tu día a escribir o crear tu mejor futuro posible en donde todo sale tan bien como se puede, tanto en tu vida personal como profesional. Este ejercicio te permitirá reconectarte con tus objetivos y prioridades, así como tomar consciencia de tu protagonismo en la construcción de dónde y cómo quieres estar. El amor por lo que se hace, el significado de nuestro trabajo y la motivación personal tienen un impacto positivo en nuestro bienestar.
  4. PRÁCTICANDO MIS FORTALEZAS: Del mismo modo en que tendemos a enfocarnos en aquello que no funciona en nuestras vidas, cuando nos miramos a nosotros mismos caemos en la tentación de ver nuestras debilidades, en vez de mirar nuestras fortalezas y atributos positivos. En este ejercicio, te invito a destinar unos 5 a 10 minutos diarios para que selecciones una fortaleza o atributo personal positivo y planees usarlo durante esa jornada de una manera diferente o en otro contexto. Cuando termines la semana revisa cómo esta práctica te hizo sentir y qué aprendiste de ti en esa experiencia. Las investigaciones demuestran también que las personas que usan sus fortalezas se sienten más felices y seguros de ellos mismos, están menos estresados, son más resilientes, y se sienten más comprometidos con su desarrollo personal. Carol Dweck, doctora en Psicología de la Universidad de Stanford, señala que las personas con Growth Mindset (Mentalidad de Crecimiento), a diferencia de las que poseen una Fixed Mindset (Mentalidad Fija), se ven a sí mismas como un trabajo en progreso y creen que pueden nutrir sus habilidades a través de dedicación y trabajo. Su amor por este aprendizaje los hace más resilientes y exitosos. Las personas conectadas con el desarrollo de su potencial están también más dispuestos a abordar nuevas metas y desafíos.

Alejandra Wright

Directora Ejecutiva

alejandra@wright.cl

www.wright.cl

Wright, Aprendizaje Transformacional Integral

Representante en Chile de TTI Success Insights, líder mundial en medición de talentos

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